lunes, 5 de marzo de 2012

Excusa VS realidad.


Éxodo 3:20
Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

"No tengo tiempo" "voy estresado" "me encantaría pero tengo que..." "miraré a ver si tengo algo que hacer" "ya te llamaré y te digo" "Si no tengo nada, podré..."
Seguro que alguna vez de tu boca han salido alguna de esas palabras citadas anteriormente. Continuamente son excusas. 
¿Te atreves a indagar en la Palabra qué vemos a cerca de esto?


Ya pasaron 40 años desde que Moisés huyó desesperadamente de Egipto. Durante este tiempo trabajó de pastor y vivió en el desierto, además de casarse son Séfora y tener hijos. Su suegro era un sacerdote de Madián. Y ahora, a los ¡80 años!, Dios lo llama porque tenía preparado un ministerio para él. ¿Qué te parece esto? Dios lo encuentra y le pide algo importantísimo y es que saque a su pueblo (3:7,10). ¡Pero entonces surge la primera excusa! (3:11) "¿¡¡Cómo quieres que sea yo quien lo haga!!?" Esa fue la reacción de Moisés y continuamente la nuestra.
¿Te das cuenta?  ¿Qué piensas de los sentimientos de inferioridad de Moisés? Esto de sentirse inferior, la cierot es que no te pasa únicamente a ti. Imaginarse con 40 años cuidando ovejas y de repente ver como Dios llama a ser el líder de casi 1.000.000 de personas que viven en esclavitud, es una auténtica locura..jeje.

Pero es curioso, ¿Cómo lo alienta Dios? "Yo estaré contigo y te confirmaré tus pasos, Moisés"

Continuamente y de una manera práctica, Dios te llama a dar testimonio delante de tus compañeros,  en tu clase o en tu trabajo. Como hoy escuché en C29, ser "seguidores" y no "consumidores" del evangelio; ese es el perfil que busca Dios para ser luz. Te llama a desafiar a los tibios y apartados. A ayudar e instruir a los que andan metidos en cualquier cosa. A comprometerte con  la iglesia. Te llama a ser iglesia.
Creo que no soy el único que cuando algún líder me invita a participar, tomo mi decisión en función de los sentimientos de inferioridad ("no voy a poder", "llevo la agenda llenísima", "no me va a salir bien", "nunca lo hice", "no estoy súper-ultra bien con el Señor aún" "ya te diré algo"…). Pero la realidad es otra. Toma tu decisión considerando este principio de ayuda:

Si alguien pensó en ti y te invitó a participar fue porque primeramente Dios pensó en ti y Él te conoce mejor que nadie para que desempeñes aquello que puedes hacer.

Es cierto que todo lo nuevo produce miedo e inseguridad, pero qué ayuda es ir y decirle al Señor: "Tengo miedo, me siento inseguro, nunca lo hice antes, y vengo a decirte todo esto para que me llenes de tus fuerzas ¡y no me dejes solo! Gracias por tenerme en cuenta!!!!". Piénsalo otra vez..
Pero si en cambio le crees más a lo que sientes nunca vas a hacer nada, porque lo que sientes muchas veces te tira abajo y pocas son las veces que nos sentimos capacitados de hacer grandes cosas o grandes retos, ¿no? 

Me gustaría animarnos a salir del “desierto” de nuestra comodidad personal para pensar en otros y bendecirlos. En Él eres capaz de hacerlo aunque las primeras veces no sean fáciles y parezcan imposible.

3 comentarios:

Ester Del Pozo dijo...

Me ha encantado! Muchas veces nuestra comodidad nos vence impidiéndonos ser sal y luz a los demás.
Aunque a veces me pregunto si será satanás el que usa nuestra pereza espiritual, alentando nuestro vagaría, incitando el mal que hay en nosotros con el deseo de tenernos dormidos, para que no seamos de bendición...

Saludos desde Madrid!

Bendiciones! :D

Pau López ⑪ dijo...

Wow! Que bueno leerte desde Madrid, Esteer!!!
Me siento identificado con tu afirmación en que dices que "nuestra comodidad nos vence impidiéndonos ser sal y luz a los demás".
A raíz de tus palabras, he recordado algo importante. Venga de donde venga, en el siguiente texto se hablar de algo que has comentado.

Proverbios 6:9-11
No seas perezoso

6 ¡Vamos, joven perezoso,
fíjate en la hormiga!
¡Fíjate en cómo trabaja,
y aprende a ser sabio como ella!
7 La hormiga no tiene jefes,
ni capataces ni gobernantes,
8 pero durante la cosecha
recoge su comida y la guarda.
9 Jovencito perezoso,
¿cuánto más seguirás durmiendo?,
¿cuándo vas a despertar?
10 Te duermes un poco,
te tomas la siesta,
tomas un descansito
y te cruzas de brazos...
11 ¡Así acabarás
en la más terrible pobreza!


Muchas gracias Esteer, saludos!!!

Alex Prats dijo...

Gracias ester por seguirnos y poder compartir con nosotros tu pensamiento.

La verdad es que tenemos que echarle ganas y hacer aquello que Dios nos pide, ya que tenemos aquellas cualidades que Dios no ha permitido tener, para que podamos cumplir nuestro propósito.

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?