Una carta especial

 Proverbios 18:24

El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo;
  y amigo hay más unido que un hermano.

 Hacía tiempo que no te escribía, pero es que últimamente me encuentro muy ocupado, estoy en período de exámenes, y además por las tardes he comenzado a trabajar, con lo que acabo muy cansado. Pero no podía aguantar más, y he buscado un hueco para poder escribirte esta carta.

Quería darte las gracias por haberte portado tan bien conmigo. Nunca olvidaré aquél día que salvaste mi vida, fue asombroso, ¿Cómo fuiste capaz?

Eres una persona humilde, porque lo poco que tienes se lo das a los demás, incluso a aquellos que te critican y se ríen de ti. Yo no sería capaz. Además en ti no existe rencor, aun recuerdo los insultos que has recibido, o esos golpes tan duros, y nunca buscaste el mal hacia ellos, si no que les perdonastes.

Cuando voy hacia la universidad, suelo pensar en ti, y simultáneamente surge una sonrisa en mi rostro, mis compañeros posiblemente piensen que estoy loco. Pero es inevitable, pienso en aquellas promesas cumplidas, aquellos susurros, aquellos abrazos…y sonrío.

Me encantaría poder verte ahora, porque tengo muchas cosas que explicarte, pero además tengo muchas otras que preguntarte. En fin, por ahora no es posible, ya que nos separa mucha distancia, pero algún día llegará, ¿verdad?

Suelo imaginar ese día, será alucinante. Me pregunto cómo será tu voz, o tu rostro, o tus manos, o incluso si aun seguirán aquellas cicatrices en ellas.

Debo de dejarte, son las 23:00 de la noche y mañana me espera un día muy duro. Espero mañana ver una contestación tuya en aquel libro, ¡estoy ansioso por leerla!

Un abrazo Jesús, 

Tu hijo Alex.