miércoles, 7 de marzo de 2012

De escapada (I)



Jonás 1:3

“Jonás se fue…” 

¿Qué pasa cuando huimos del llamado de Dios? Dios le había mandado a Jonás que se “levantara” y él lo hace; pero no para ir a Ninive, sino para huir a Tarsis. Su propósito es huir de la presencia del Señor.
El intento de huir de Dios se manifiesta como una ironía e insensatez. Dios no solo esta en Israel, no solo en Ninive sino también en el mar que navegará. Aun más…si llegara a Tarsis, aun allí; estará Dios (Salmo 139:7–18) Jonás decide embarcarse en dirección opuesta al llamado de Dios, partiendo hacia el lugar más distante posible. Ninive estaba al este de Palestina, Tarsis al oeste y en lugar de partir por tierra hacia el este, Jonás parte por mar hacia el oeste (intenta situarte en el mapa y si no lo has conseguido, vuelve a leerlo con más calma!)

No solo decide ir en dirección contraria al llamado de Dios sino también se va al lugar más lejano. No es hombre a medias, si ha de desobedecer lo hará de una manera activa y con todas sus fuerzas. Muchas veces somos así ¿no?
Así que el baja a Jope (Tel Aviv hoy). Jope es conocida por los acontecimientos de Pedro en el N.T. como la ciudad que le sirvió a Pedro para recibir la visión y obedecer. Y en el caso de Jonás, Jope le sirve para encontrar lo que buscaba: una nave que partía para Tarsis. Si Ninive es motivo de fuga, Tarsis era su meta.
Cuando Dios nos llama a las Ninives ,donde debemos ir y no queremos, si decidimos huir por lo general no basta solo con huir, sino hay que huir a otra parte, buscar un escondite bien lejano donde creemos que Dios no nos encontrará. Es ridículo, pero al fin y al cabo estarás de acuerdo conmigo en que así muchas veces somos nosotros.

Hoy te animo a que nos examinemos y sondeemos nuestro corazón. Como dice el Salmo 139:23-24: ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno”


Parte 2 aquí

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