¿Qué dones tengo y cómo puedo utilizarlos?

Probablemente te hayas hecho esa pregunta más de una vez en tu vida y puede ser que aún estés haciéndotela. Es por ello, gracias a la petición de una amiga de este blog, que nos disponemos a indagar en este complicado y extenso tema. ¿Quieres acompañarnos?

Primeramente, pongamos las cartas sobre la mesa y analicemos la situación: nos llena de gozo que tengas interés en indagar en los dones que tienes ya que esto quiere decir algo muy significativo. Quiere decir que quieres descubrir para qué eres un auténtico especialista y cómo desarrollarlo para Dios. ¡¡¡Nuestra felicitación!! Además, sería una ilusión que al finalizar esta lectura, identificases tu don y cómo utilizarlo, pero antes de nada permíteme añadir que no existe una fórmula mágica o examen espiritual que pueda decirnos exactamente cuáles son nuestros dones espirituales. Así que depositamos la esperanza en que el Espíritu Santo te revelará personalmente y de manera entendible cuál es su voluntad.

Algunas personas confunden los dones del Espíritu con el fruto del Espíritu. El fruto del Espíritu, de acuerdo a Gálatas 5:22 es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Este fruto debe ser manifestado en todo creyente. Los dones, en cambio, son distribuidos en forma única por Dios, como Él lo cree conveniente para la edificación. En esto, El Espíritu Santo distribuye Sus dones de acuerdo a Su voluntad,

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás(..)Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.

1 Corintios 12:7-11

Y en todo esto también mencionar la importancia en que Dios no quiere que ignoremos la manera cómo Él desea que le sirvamos. El problema es que es muy fácil quedarnos atrapados en aquellos dones en los que buscamos servir a Dios, es decir, solo en el área en la que sentimos que tenemos el don espiritual. Primero necesitamos estar abiertos a que no decidamos nosotros, sino que sea el Dios mediante su espíritu quien decida por nosotros.

¿Sabes en que eres realmente malo? ¿Qué cosa es la que no se te da tan bien como otras? Creo que algunos podríamos hacer una extensa lista, ¿verdad? Ahora bien, si te preguntasen cuáles son las cosas que se te dan bien, ¿podrías hacer la lista extensa? A mencionar dos cosas:

1. Dios no tiene fronteras en cómo puede actuar. Él es capaz de en cualquier ámbito mostrarse, simplemente porque tiene la máxima capacidad. Por tanto, el área donde podemos ser utilizados tampoco tiene limitaciones. Es decir, que los dones no tiene fronteras. Simplemente mira cual es tu virtud. Es asombroso cómo Dios se manifiesta en cualquier situación y ámbito.
2. No tengas miedo a reconocer qué se te da bien, qué te gusta y sobre todo, qué es lo que te hace sentirte realizado en esta vida. No tengas miedo a mencionar qué es aquello que te llena al realizarlo, por diferente que sea a lo que hacen los otros.

Ante todo, creo humildemente, que cada uno sabe qué le gusta realmente hacer. Digo esto porque Dios mira a lo profundo de tu corazón y cuales son los motivos de tu deseo,y curiosamente si desde que nacemos nos gusta hacer algo de corazón, ¿quién crees que puso ese sentir dentro tuyo?

Unido directamente a esto, podemos encontrar que la confirmación por parte de otros, también nos dé luz sobre nuestros dones espirituales. Con frecuencia otras personas que ven nuestro servicio al Señor, pueden identificar el uso de nuestro don espiritual, que tal vez incluso nosotros no hayamos identificado o reconocido. Verás que los cristianos nos reafirmamos unos a otros, ayudando a que nuestros dones salgan a la superficie. La oración también es algo muy importante ya que el primer paso en descubrir tu don es que te presentes delante de Dios:

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

Romanos 12:1

Una vez que ha hecho eso, invierte tiempo en la Palabra de Dios. La persona que sabe exactamente cómo hemos sido dotados espiritualmente es El Dador mismo: el Espíritu Santo. Sin embargo, el conocer específicamente nuestro don espiritual, no nos exenta de servir a Dios en áreas fuera de nuestros dones mientras los busques o ya lo hayas encontrado.

En resumen, ¿los dones espirituales son otorgados cuando recibimos a Cristo, o son cultivados a través de nuestro caminar con Dios? La respuesta es ambas cosas. Normalmente, los dones espirituales nos son dados al momento de la salvación, pero también necesitan ser cultivados a través del crecimiento espiritual. ¿Puede un deseo de tu corazón aspirar y desarrollarse como un don espiritual? ¿Puedes buscar ciertos dones espirituales? 1 Corintios 12:31 parece indicar que esto es posible - “Procurad, pues, los dones mejores...“ Puedes pedir a Dios un don espiritual y anhelarlo fervorosamente, esforzándote para desarrollar esa área. Definitivamente Dios es sabio, y Él sabe con cuáles dones serás más productivo para nosotros.

No importa cuánto hayamos sido dotados con uno u otro don, todos somos llamados a desarrollar el número de áreas mencionadas en la lista de los dones espirituales, a ser hospitalarios, a mostrar actos de misericordia, a servir unos a otros, a evangelizar, etc. Mientras busquemos servirle por amor, con el propósito de edificar a otros para Su gloria, Él traerá gloria a Su nombre, crecerá Su iglesia, y nos recompensará (1 Corintios 3:5-8; 12:31 – 14:1). Dios promete que mientras nos deleitemos en Él, Él nos concederá las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4-5).

¿Y tú qué opinas? Ayúdanos complementando esta entrada con tu opinión. Nos será de bendición!!!