Cuídate empezando por la mente.

 Filipenses 4:8

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre;si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Estoy leyendo un libro especialmente para hombres. Y quiero compartiros uno de los aspectos más importantes, y ya no solo para hombres sino también para cualquier cristianos. No digo ninguna novedad si confieso que la debilidad del hombre empieza en la mente, ¿cierto? Pero tanto al hombre como a la mujer, en nuestra nuestros pensamientos nos une lo siguiente:

Innumerables veces no nos damos cuenta y estamos físicamente en un lugar, pero mentalmente en otro. Unos dicen que estan buscando musarañas (mamífero bien curioso, por cierto), otros dicen en las nubes (más quisieran estarlo ya, jeje) y otros, tras un ataque de coloquial decimos ¡empanao!

Te identiques con una o con otra, estarás de acuerdo conmigo en que se entras en otra dimensión espacio-tiempo y se nos pasa el tiempo. Pero a veces esto es más que broma. Este versículo nos anima a tener un control y análisis de nuestros pensamientos. Y no  estoy diciendo que sea perder el tiempo pensar en la reproducción del caballito de mar (que quizás sí) sino que No todos nuestros pensamientos son buenos; tenemos muchos pensamientos que no cumplen ningún objetivo, ninguna función. Incluso a veces no nos aportan paz y nos podemos ahogar en un vaso de agua, y encima imaginario! Otros en cambio, no nos ayudan a nuestro crecimiento espiritual y nos esclavizan. Los chicos saben mejor de lo que hablaba en esta última afirmación, ¿verdad? Éstos son fruto de nuestra naturaleza pecaminosa y si es tu caso, te animo a que adquieras uno de estos libros que mencionaba al principio. Otros, surgen directamente del enemigo y él juega sucio. Nos tienta a pensar que son nuestros propios pensamientos esos.

De la misma manera que es bueno pensar dos veces lo que vas a decir, es bueno poner tus barreras y métodos para no poder pensar otros. Pero para aquellos que son más difíciles de superar, debemos ir a la raíz del porqué nos preocupa y meditar con Dios sobre ellos. Presentarlos en oración, entregáselos y permitirnos vivir sin esas cadenas tan fuertes en nuestra mente.

"Mens sana in corpore sano", es decir: la necesidad de orar para disponer de un espíritu y cuerpo equilibrado (Wikipedia)

Te quiero retar a un ejercicio muy fácil y divertido: cuando hoy estés por la calle, ya sea en el metro, bus, caminando o cualquier otro sitio, analiza en lo que piensas mientras miras a tu alrededor. Sobretodo, con la gente con la que te cruzas. ¡Te sorprenderás cuánto debemos controlarnos! ¿Sabes que hago ante una situación de peligro? ¡Cuento racholas y funciona!

Pensando en ser justos y limpios.

Pensando para ser justos y limpios.