lunes, 6 de febrero de 2012

Haciendo lo menos importante

Lucas 10:38-42

Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo:
   —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! 
—Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará. 

Quisiera empezar esta semana con un concepto: orden. Conocemos esta historia tras haberla escuchado muchas veces, pero solemos caer en la misma piedra como humanos que somos. ¿Acaso no es cierto? Por eso, quiero empezar esta semana con paso firme y seguro.  ¿Has tenido alguna situación similar a la de Marta? Ciertamente, una de las cosas más importantes que Marta olvidó fue establecer un orden de prioridades que te ayude a dedicarte a lo más importante y a dejar a un lado (por lo menos durante cierto tiempo) lo menos importante. Pero ¿cómo diferencio lo más importante de lo menos en una situación así? Yo creo que Marta no estaba despistada sino todo lo contrario. Quería tenerlo todo bien controlado y en su lugar, pero olvidó que identificar qué era lo menos urgente o aquello que le hacía perder tiempo inútilmente. ¡Además, emocional y físicamente iría tremendamente cansada! Quizás pienses "¡A quién se le ocurre, si tenia al mismísimo maestro allí delante! ¿Cómo no estaba por él?" Y la verdad es que no te falta razón, es tener pocas luces para no darse cuenta de aquello. Era obvio que tenia que dejarlo todo y estar con el Maestro de maestros. Pero ¿acaso no hacemos contínuamente lo mismo?
Si definiéramos a Marta podríamos decir que ella se basaba en “el hacer” para ser. Es decir, ella necesitaba “hacer cosas y más cosas” para sentirse bien consigo misma. El “hacer” la hacía sentir frente a los demás una mujer valorada y aceptada. Ella sentía que cuanto más hacia por los demás más aceptación y valoración ganaba. Y estoy seguro que así se sentía frente a María.
“Hago, me valoran”. “Hago, soy importante para los demás”. Ella es la que sale a recibir a Jesús (vs.38), ella es la que se ocupa de preparar todo y de servir, ella es la que se queja porque los demás calientan un banco y no hacen nada (v.40). ¡Realmente estaba muy preocupada! ¿Crees que algo "obsesionada"?
Marta buscaba la perfección más que la excelencia. Corría desesperadamente detrás de la “perfección”. Y es que el perfeccionismo es para los obsesivos que no toleran que algo les salga diferente a lo que tenían planeado. Se deprimen tremendamente y puedes identificarlos a distancia. La excelencia, en cambio, es dar lo mejor de ti mismo dentro de tus posibilidades y recursos. Así que bajar los niveles de auto exigencia no es hacer las cosas de una peor manera, sino ayudarte a dar pequeños pasos y trabajar de una manera más centrada, dejándote ver tu alrededor, porque quizás Jesús esta allí esperando que acabes tus importantes cosas.
Pero este “hacer para ser” que comentábamos antes, tarde o temprano termina estresando a la persona, La cansa, la deprime, la pone de mal humor y casi siempre todos los de alrededor lo sufren. Y Jesús nos lo muestra en su contestación (v.41). “Afanada” es estar ansiosa y muy preocupada. “Turbada” es llamar la atención, llorar, alborotar. Para comprobarlo, analiza lo que llegas a hacer en un día con prisas. ¡Es increíble la rutina que tenemos! Hacer mucho y descansar poco. Vivir bajo muchas responsabilidades, siempre exigiéndote más y más en un continuo afán de perfección y exigencias.

Así que permíteme decirte que hoy, Dios te acepta y te valora por lo que eres y no por todo lo que haces ni incluso por lo que tienes. 
Mi propósito para este Lunes es que revisemos y mejoremos nuestros tiempos de descanso y nuestros tiempo de sentarnos a hablar con Él. Hazte un chequeo médico. Todo esto te será muy positivo. Hoy puedes empezar a hacerlo, si hoy estas dispuesto, hoy puedes empezar a imitar a   María. Y te felicito, porque con estas lineas, lo has empezado a hacer.

¡Buen inicio de semana a todos!

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