sábado, 17 de marzo de 2012

Lucharé por Tu Amor!


Juan 16: 33 

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.

Quizás te cueste reconocer que estas tibio espiritualmente o tu devoción hacia Dios a desaparecido; Lo cierto es que sabes debes vencer eso. Debes avivar el fuego en tu corazón si tu vida de oración es pobre o inexistente. Quizás te ocupas de muchas cosas, pero rara vez te ocupas de amar a Dios. 
Tu mente medita poco en el Señor o en la palabra de Dios siendo solo un buen libro que alguna vez lees aisladamente...Si alguna de estas afirmaciones te identifica, esta es un entrada. Es tiempo de que rompas esas barreras y puedas renovar el fuego del amor hacia Jesús en tu corazón.

Leemos y encontramos tantas cosas por ahí, escuchando amigos, mirando la tele, navegando en Internet, pero en verdad que son muy pocas las cosas que nos llevan a enamorarnos más de Jesús. Nos resulta raro cuando estamos distraídos y fríos espiritualmente esto de “estar enamorado de Jesús”. Personalmente me ha pasado de atravesar momentos en donde he estado mas tibio que otros momentos, pero Dios siempre me llama la atención y me muestra el foco nuevamente y no puedo resistir a su dulce llamado. Su amor me cautiva.
Recuerdo algunos momentos en que se manifestaba mi amor hacia Jesús de una forma muy espontánea, en ocasiones cuando caminaba por la calle, ahí donde parece no haber nada que mire a Dios, tal vez estaba caminando y veía algo que nombraba a Jesús (realmente hay poco que nombra a Jesús en las calles) pero cuando leía la palabra Jesús o escuchaba su nombre algo en mi se conmovía tan profundamente… no lo comprendía bien y aún sigo sin entenderlo, pero la palabra “Jesús” producía en mi una revolución interna, me daba ganas de saltar, llorar o alabarlo.
Creo que los creyentes caemos en una grave trampa cuando dejamos de poner nuestra mirada en Jesús. Ese primer amor que todos tuvimos en algún momento nunca debería perderse. Una persona que no ame a Jesús, nunca podrá transmitir el amor de Dios a nadie, aunque conozca mucho de la biblia, aunque sea rápido e inteligente para hablar (no me impresiona eso) Aún y así, si no transmite un hambre por Dios, no sirve. El Espíritu de Dios produce en nosotros un cada vez más grande y perfecto amor hacia Jesús. Todo lo que hagamos se debe basar en que quienes andan en el espíritu llevarán nuestro corazón a Dios.
Conozco personas muy sencillas con poca preparación académica, pero que su corazón esta siempre lleno de Dios, de hecho unas pocas palabras de estas personas logran llenar más mi alma que otros muchos elocuentes discursos de quienes parecían tener la respuesta a todo. A título de anégdota, una vez que estaba desalentado me cruce con un hermano de la iglesia lleno del Espíritu Santo, alguien que aún lo recuerdo. Simplemente fueron unas pocas palabras de él, un solo saludo y una breve charla ocasional las cuales lograron inyectarme un poder que levantó mi ánimo y me devolvió el gozo automáticamente, ¿Por Qué fue eso? Meditando en aquello, a día de hoy pienso que esa alma rebosaba de Dios solo me salpico un poco con esa unción. 

Y esta es la magia, esto es que no hay métodos, la vida de Jesús solo fluye en los corazones rendidos.

1 comentarios:

Ester Del Pozo dijo...

Me encantaaaaaa... al igual que la entrada anterior. Avivemos la llama del Espíritu Santo. No dejemos que el frío se adueñe de nuestro corazón!

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?