Murió por ti

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.

El padre tuvo la oportunidad de salvar a su hijo permitiendo que aquel tren descarrilara, o dar la vida de su hijo para poder salvar a los pasajeros que se encontraban en aquel tren.

El padre permitió que su hijo muriera, dando más valor a aquellas vidas que se encontraban en ese tren, que a la de su hijo. Dio más valor a todas aquellas personas, que a la vida de su propio hijo. Prefirió que su hijo muriera para que pudieran salvarse todos aquellos, sin hacer distinción alguna entre las personas que se encontraban en aquel tren. Sin dar importancia que tipo de personas viajaban.

¿Tú lo hubieras hecho?

Dios permitió que Jesús, su único hijo, muriera en aquella cruz. Que muriera por cada uno de nosotros. Sacrificó la vida de su hijo unigénito para perdonar todos nuestros pecados. Dios no hizo distinción alguna entre nosotros. Murió aquella persona que durante su vida la dedicó a Dios, no cometiendo ningún pecado, y dedicando su vida a que todos nosotros un día pudiéramos conocerle.

Dios TE AMA. Te ama desde antes que nacieras. Fue él quien creó cada pincelada de tu cuerpo. Sabía que en más de una ocasión le fallarías, que te avergonzarías de él, o le rechazarías. Pero es tan grande el amor que tiene hacía ti, que aun así consideró que era importante que Jesús muriera en aquella cruz, para que tú pudieras ser salvo. 

No importa lo que hayas hecho, porque ya fuiste perdonado. 

Este es Dios.