domingo, 25 de marzo de 2012

No importa tu pasado

 

Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.

Romanos 6:22

Todos los seres humanos caemos en pecado. Con más frecuencia o menos, pero es algo de lo que no podemos escapar. A lo mejor eres de los que leyendo esto está pensando “si yo no le hago mal a nadie. Yo soy una buena persona”. Pues déjame decirte que no hay una sola persona en todo el planeta que sea siempre bueno (romanos 3:12). Hasta la persona más beata y santa que te puedas imaginar peca a diario. Imagínate a Gandhi o a la Madre Teresa de Calcuta, incluso al mismo Papa de Roma. Incluso ellos, tres de las personas que se considera más buenas de toda la historia, caen en pecado.

A lo mejor no eres de ese grupo que se considera una persona buena y sin mancha. Posiblemente seas consciente de que al igual que todos, tú también fallas. Sabes que caes
en pecado como todo el mundo, y incluso te gusta caer en eso que es considerado pecado, porque total ¿qué más da?

Pero es posible que no te identifiques con ninguno de los dos. Es posible que seas consciente de tu pecado pero a ti no te de igual, o no disfrutes sabiendo que has caído y que vas a caer más veces en ello. Y a lo mejor esa vergüenza que sientes por fallar tan a amenudo es lo que te impide ponerle remedio a tu pesar (¿qué ironía no?).
 Pues este mensaje va para ti. Quiero decirte que Dios no mira todos los pecados que has cometido, incluso no le importan los que sabe que cometerás en un futuro. Dios murió en una cruz por todos esos pecados. Por los pasados, por los presentes y por los futuros. Sólo hay una cosa que a Dios le importe. Y es que no vayas ante Él arrepentido por tus pecados y le reconozcas como tu salvador, como el único que murió por TI sin importarle tus fallos. No dejes que tu pasado se ponga en medio. No tengas vergüenza, no tengas temor. Dios te está esperando con una sonrisa y con los brazos abiertos, igual que un padre espera a un hijo. Él te quiere, y te perdona y te va a perdonar siempre. Pero debes acudir a Él.
 Yo un día lo hice y me cambió la vida. Por supuesto que sigo pecando (aunque ahora lucho contra eso), pero tengo la seguridad de que mi Dios está ahí para abrazarme cada vez que le fallo porque es un Dios de amor.


Ya has visto lo que dice el versículo. Te espera la vida eterna. ¿Dónde la vas a pasar? Tú decides.


2 comentarios:

Alex Prats dijo...

Gran mensaje.

Moi y Gretel dijo...

Gracias Alex!

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?