No naciste por casualidad

 

 Salmo 1:1-3

 Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.

Tu existencia no es casualidad. Fuiste diseñado en la mente de Dios antes de que tú nacieras. Diseñó cuidadosamente cada pelo de tu cabeza, cada rasgo de tu cara, cada marca de tus manos, fuiste creado detalladamente, siendo diferente a todos los demás. Dios sabía cómo reaccionarías ante situaciones de peligro, o de alegría. Sabía cual sería tu risa, tu sonrisa, tus lágrimas y ojos. Te miraba con ternura en tu nacimiento. Te miraba con amor, y ternura, recordando el sacrificio de su hijo Jesús hizo por ti. 
Pero, ¿Por qué de tu existencia?

Además, de querer crear a una persona con todas tus características, y sobre todo tu personalidad, necesitaba que tú existieras siendo una de las piezas que completan su obra. Es decir, tiene aquello que es necesario para cumplir su propósito. Necesita de tus características y tus dones para que pueda lograrse aquella finalidad que tiene en mente. Siendo una herramienta esencial para llevar el evangelio a la personas. Siendo necesario para que los demás tengan la oportunidad que tu tuviste un día, conocerle a Él.

¿Cómo saber cuál es el propósito que tiene en tu vida?

Considero que además de lograr el objetivo de dar a conocer a Dios, tenemos un propósito cada uno de nosotros, y ese propósito lo conocerás cuando tengas una relación estrecha con Dios, como por ejemplo un futbolista no conoce de qué modo debe de jugar si no pregunta a su entrenador. Pues tu nunca lograrás cuál es tu propósito si no tienes una relación íntima con Dios.
En el momento que sepas cuál es tu propósito lucha para conseguirlo, ya que tienes las armas suficientes para poder lograrlo, confiando Dios en ti. Por eso, la vida cristiana es una lucha constante, no pudiendo olvidar cual es el objetivo que debemos de lograr, ya que hemos sido creador para y por Dios, siendo criaturas suyas.

Puedo decirte que uno de tus propósitos es dar a conocer a Dios, pero los demás propósitos consúltaselos a Dios, ya que tiene grandes planes para ti.