miércoles, 14 de marzo de 2012

Yo sí puedo verte



Proverbios 1:7
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.



Sí, te vi aquel día en el que te escondiste en aquél callejón. Noté que estabas nervioso, como si hubieras hecho algo malo. Parecía que huías de algún acontecimiento, actuabas de una forma diferente, como si tuvieras temor a que te vieran.
Pasaron varias horas hasta que decidiste salir de tu escondite para volver a casa. Seguramente esperaste a que anocheciera para que nadie pudiera verte. Te dirigías a casa a paso ligero, y en cuanto llegaste a la puerta sacaste rápidamente las llaves, y entraste. Tus padres se asombraron cuando vieron que subías rápidamente las escaleras para ir a tu habitación. Incluso, tu madre te siguió, pero no la dejaste entrar en la habitación, le negaste la entrada.
Picaron al timbre de tu casa y te alarmaste, apagaste las luces de la habitación, pero finalmente te tranquilizaste al oír que era el vecino que necesitaba hacer una consulta a tus padres.

El día siguiente estabas más tranquilo, mientras te dirigías a la escuela, ibas hablando con tus amigos de una manera animada. No dabas importancia a lo que sucedió el día anterior, ya que suponías que no habría sospecha sobre ti, porque creías que nadie consiguió verte.

Pero YO, SI QUE TE VI. Te observé mientras corrías, tras cometer aquél hurto. Sabía dónde estabas escondido, y a pesar de anochecer te miraba mientras corrías dirigiéndote a casa. A pesar de no dejar entrar a tu madre a la habitación, yo sí que estaba en ella, y observaba como temías a que pudieran descubrirte.

¿Cuántas veces has hecho algo pensando que nadie te estaba observando? Posiblemente en alguna ocasión conseguiste esconderte de los demás, pero nunca pudiste esconderte de Dios. Estés donde estés Él estará a tu lado, observándote. Incluso, Adán y Eva no pudieron esconderse de Dios, tras comer del fruto prohibido.

Pensamos que por el hecho de no poder verle, Él no estará ahí. Pero, aunque no podamos verle Él siempre está ahí, ya que es un Dios omnipotente. Dios siempre observa todo lo que haces, tanto lo bueno como lo malo. Es nuestro Padre, y como tal se preocupa por sus hijos. Allá donde nuestros padres no pueden llegar, Dios si puede lograr estar ahí. Dios, como padre y amigo que es, también se entristece y llora cuando hacemos algo malo. Y también nos castiga cuando somos irresponsables.

¿Verdad que te avergonzarías si tu padre viera aquello que estás haciendo? Pues piensa que Dios realmente ha estado, está y estará en aquél lugar en el que estés tú.

De Él nunca nos podremos esconder.


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?