lunes, 23 de abril de 2012

¡Ves con ojo!



 
 

2 Timoteo 4:7-8

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.

Este fin de semana ha sido una gran bendición, no sabría por donde empezar, pero hay un tema en concreto que me gustaría compartir, y es el siguiente; cuando ayudamos a las demás personas no debemos de olvidar que nosotros también necesitamos un cierto cuidado.
Y estas últimos meses es lo que ocurrió, que me olvide de mi mismo, me preocupé por los demás para que conocieran o se acercaran a Dios, pero a la vez me olvidé de mi relación con Dios.


La Biblia manifiesta que hablemos a los demás de Dios, de esta manera ellos también habrán tenido la oportunidad de conocerle. Pero esto no puede causarnos olvido de nosotros mismos. Y es lo que me ha ocurrido, que he dedicado todas mis fuerzas a los demás, pero a la vez me he olvidado de mi. La necesidad que tienen ellos de conocer a Dios, es la necesidad que tengo para mi crecimiento en el Señor, porque si no causará un distanciamiento hacia Él.

Nosotros también necesitamos ser escuchados y aconsejados. De la misma manera que ellos manifiestan tener esa necesidad nosotros también la tenemos. No sería coherente indicar a una persona lo que Dios quiere con y para él, si a la vez nosotros no somos capaces de aplicarlo. No es posible hablar de alguien que a la vez desconocemos.

Es un privilegio poder compartir de la Palabra a las demás personas, pero es una necesidad para poder escuchar y crecer en el Señor. Por eso os ánimo a que sigáis expandiendo su Palabra, pero sin olvidar que vosotros también debéis seguir creciendo en El, siendo esto un crecimiento continuo.


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?