martes, 1 de mayo de 2012

Ni siquiera le conocemos.

Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.  La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.  Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. 
SAN LUCAS 11:33-35

"Han pasado dos horas y este tio sigue aqui hablándome de lo que él cree que es el amor...y lo más fuerte de todo es que ha reconocido hace un rato que nunca ha tenido novia, que tampoco se ha enamorado y que sigue esperando a la chica de su vida. ¿Y de qué pretende convencerme? Todo de lo que se le está llenando la boca es pura teoría."
Nosotros muchas veces somos como el chico del ejemplo de arriba. No tenemos una relación personal con Dios. No le vivimos como deberíamos; incluso a veces ni siquiera le conocemos. Y aún así, muchas veces vamos de cristianitos y pretendemos evangelizar a otros. Nos ponemos a hablar y disertar acerca de quién es Dios y lo que hace y bla bla bla, pero no tenemos ni idea de si eso de lo que en ese momento se nos está llenando la boca es real o no!! Muchas veces, todo lo que decimos es pura teoría.
De la misma manera que el amor para poder comprenderlo tienes que vivirlo, a Dios igual. No vamos a poder transmitir a nadie quien es Dios y las maravillas que hace si nosotros no le hemos vivido en primera persona. Para poder transmitir a Dios y poder hacer que otros le conozcan, a parte evidentemente de que Dios nos use en ese momento, un arma fundamental es que nosotros mismos hablemos de nuestra propia experiencia. Eso es lo que impacta y llega al corazón de las personas.
Asique, no pierdas el tiempo y corre a Él!


Para transmitir hay que vivir


Moi B

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