Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante puestos los ojos en Jesús
Hebreos 12:1
Hebreos 12:1
Se levantaba cada mañana a las cinco en punto. Se calzaba
sus zapatillas de deporte y salía a correr durante una hora y media. Después
se pegaba una ducha caliente y acto seguido tomaba un desayuno abundante y rico
en proteínas. Después de dedicar una hora a estudiar, iba al gimnasio y se
machacaba físicamente durante dos horas. Después de eso se cambiaba, y
entrenaba durante 4 horas seguidas. Se
tomaba un descanso de una hora y media
para comer y relajar el cuerpo y los músculos. En cuanto el tiempo de relax se
agotaba volvía a entrenar duramente hasta las 9 de la noche. Después de una
dura jornada de entreno y esfuerzo tomaba una cena ligera y sana y se iba a la
cama a recuperar fuerzas para el día siguiente.
Después de cuatro años de duro esfuerzo, constancia, y
disciplina diaria nuestro protagonista consiguió la medalla de oro en los
juegos olímpicos.
Nuestra vida es como la vida de un deportista. No deja de
ser una carrera. Los deportistas batallan a diario con todo tipo de
tentaciones: madrugar, dietas, horarios, renunciar a ciertas cosas…etc. Si nosotros tenemos un objetivo claro en la
vida y queremos conseguirlo debemos mentalizarnos de que deberemos tener
constancia, disciplina y perseverancia. Pero tener todo esto es muy difícil si
el objetivo que nos hemos marcado no nos ilusiona. Al deportista conseguir la
medalla de oro o el trofeo es la mayor ilusión de su vida, y es lo que le anima
a hacer todos los sacrificios que hace. Sabe que valen la pena porque la recompensa
que le espera es la más grande. Si a nosotros no nos hace ilusión conseguir
algo, difícilmente mantendremos una disciplina y una constancia en aquello que
emprendamos.
Mi objetivo es parecerme más a Jesús. Tengo la ilusión de
que cuando esté delante de él, pueda mirarme son una sonrisa y decirme que se
siente orgulloso de mí. Y para ello sé que cada día deberé esforzarme, deberé
renunciar a ciertas cosas y batallar con muchas tentaciones que el enemigo
pondrá en medio para que no gane esta carrera. Pero sé que si me esfuerzo y soy
constante, llegaré a la meta.
Los que no tienen tanta habilidad pero tienen disciplina
tarde o temprano superarán a los que tienen más habilidad y carecen de
disciplina.
2 comentarios:
Yo quiero tambien que mi PADRE este orgulloso de mi , AMEN!
esa es la meta abelito! :)
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