Cuida de tu lengua

 Santiago 3:5

"Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!"

 ¿Cuántas veces hubieras preferido no decir aquella palabra?

No solemos poner freno a nuestra lengua, no calculamos la gravedad de aquella palabra. No pensamos cómo influirá en aquella persona. Una palabra es la detonante de grandes guerras. Ha sido la consecuencia de la tristeza. Daña al sentimiento. El dolor que puede producir una palabra no entiende de edades, ni de sexos, ni de religiones, ni de razas, si no que ocasiona un daño en la persona.

Tanto tú como yo nos hemos tenido que arrepentir, en más de una ocasión, de aquello que dijimos. Pudiendo estar, posiblemente, influenciados por el enfado, el dolor, o el agobio, pero que esto no nos sirva de justificación.

En la Biblia dice: “la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”. ¡Cuánta verdad tiene! Diariamente con la lengua criticamos, insultamos, decimos palabrotas, nos reímos de un mal ajeno, mentimos, etc., y todo por no saber cómo y cuándo utilizarla. Y a la vez con ella decimos cosas bonitas a nuestras respectivas parejas, comentamos chistes, explicamos anécdotas a nuestr@s amig@s, contamos cuentos a nuestros hijos, transmitimos nuestros agradecimientos, nuestra alegría,  enseñamos grandes enseñanzas, 

pero sobretodo bendecimos a DIOS.

¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Santiago 3:11 […] Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce, Santiago 3:12.

Desde una misma boca no puede surgir una maldición y bendición. Por esto, la lengua debe ser corregida, tiene que ser evocada para la edificación, no para la destrucción. Debe ser controlada y no dejarla a su libre albedrio, sino domarla, como se doman a las bestias, a las aves y a los seres del mar, Santiago 3:7.

Con ella puedes conseguir grandes cosas, pero también perderlas. Cuida de ella, y ella te cuidara a ti.