miércoles, 18 de enero de 2012

Locos por seguirte

Jeremías 20:11
Pero tú, mi Dios, eres el Todopoderoso. Tú examinas al que es justo 
y sabes lo que pensamos y deseamos. Eres un guerrero invencible, y siempre estás a mi lado; por eso no podrán vencerme los que me persiguen; ¡quiero ver cómo los castigas, porque en ti confío! ¡Quiero ver cómo los derrotas y los pones en vergüenza! ¡Que nunca nadie se olvide de que tú los derrotaste!

En la medida en que logres entender  la naturaleza de las dudas, les vamos a perder el miedo y las podremos afrontar de forma correcta. Por esto mismo, nos podemos sentir tan identificados con la historia de Jeremías. Sus altibajos son un espejo de nuestra vida espiritual en muchos casos.
Pero sin duda, la fe de Jeremías se basa en la gran relación que tenía con Dios. Una relación pura y genuina. Eso si, Jeremías lo tenía difícil para entender ciertos aspectos de la voluntad de Dios. Pero su fe le hizo más grande y esto aún le provocaba una fe aún más grande. En pasajes como este, muestra su lado más humano, su lado de resistencia a los golpes..."¿Hasta cuándo? ¿Por qué?" Me imagino a un Jeremías continuamente repitiendo estas palabras una y otra vez. Un Jeremías luchador.
Pero toda oscuridad se basa en una ausencia de luz; y aquí había luz. Había luz porque las preguntas y dudas, mas que ser algo negativo, le estimulaban a crecer como creyente y le iban creando sus propias defensas espirituales. Alguien que nunca ha tenido dudas y preguntas sobre su fe está en riesgo de tener un «sistema inmunitario» espiritual muy débil. La seguridad se base en haber superado la duda.
¿Puedes identificar algún tipo de reproche de Jeremías hacía Dios en todos sus escritos? Yo al menos, no veo reproches hacia Dios, sino que veo honestidad en una oración llena de sentimientos que le corroen y quiere compartirlos con Papá. Jeremías se expresa delante de Dios, le comparte su dolor; no le reprocha. Ahora bien, el persistir en la duda es síntoma de enfermedad. Para curar una herida debe ser limpiada totalmente, no debe faltar ni un solo rincón. Y espiritualmente debe ser igual: debemos compartir nuestra herida completamente, de forma que, se restaure y evolucione por completo. De lo contrario, si vamos entregándole pequeñas zonas, vamos continuamente dudando además de la capacidad de limpiarnos. Jeremías continuamente se quitaba cualquier peso, mostraba cualquier herida al completo cada vez que lo sentía. No quería tener mancha alguna.
Continuamente luchaba para BUSCAR a Dios. Él no luchaba EN CONTRA DE Dios. Esto demuestra la importancia en su vida, como le importaba luchar por estar continuamente cercano, sentir a Dios y compartir tiempo con Él. Creo que Dios vio sinceridad en los ojos de Jeremías, porque Jeremías realmente amaba con todo su corazón a Dios, a pesar de todo. Jeremías era un auténtico fanático de Dios.

Realmente es más importante de lo que parece saber afrontar las dudas. Cuando tu alma desfallece y tu fe parece en crisis, estate del lado del Señor. Él lo esta, quizás en silencio pero como Jeremías, lucha por ser leal.

1 comentarios:

Abel dijo...

Si , señor , vivir con Dios es la mejor relacion y cierto es , hay que luchar con lo que fallamos ,todos tenemos ese rincon .

Bona reflexio:Gracies Pau

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