martes, 3 de enero de 2012

Por suerte, no es como nosotros.

Miqueas 7:19

Volverás a tener compasión de nosotros. 

   ¡Aplastarás nuestros pecados bajo tus pies 
   y los arrojarás a las profundidades del océano!

Soy de esos pocos afortunados. Sí, pertenezco al club de los "de la cicatriz a la derecha". Me extirparon el apéndice. Posterior a la operación y ya en casa, realizaba uno de mis vicios más grandes: no dejar que cicatrizen las heridas; en este caso, eran los puntos. Es un vicio enorme, apenas puedo resistirme cuando veo una costra a empezarla a rascar. Eso ha repercutido en mi vida. Tengo especialmente una zona marcada de la gran cicatriz,  y así será toda la vida.
Y así es en la vida real, operaciones y pequeñas intervenciones, que aparentemente, no tienen porqué tener una gran repercusión en la vida pero que, voluntariamente, las mantenemos abiertas.
Otras heridas, las tenemos ya que nos exponemos a ciertos peligros y acabamos con heridas extras.

"Perdono pero no olvido"  No me quiero imaginar como sería si Dios fuese tan injusto como nosotros al ser de este modo. Si perdonase, pero no las olvidara, tendríamos un Dios por siempre amargo, no crees? Él si entiende el perdón total. Lo demostró mandando a Jesús morir por nosotros pero es que además, nos aseguró que jamás recordará el pecado de quienes se arrepienten genuinamente. TODA OFENSA ES ENVIADA AL FONDO DEL MAR! Y creo que ninguno de nosotros, ni aún menos Dios estamos interesados en ir al fondo del mar a recogerlos.
"Perdono pero no olvido"  es echar en un saco roto esa cualidad, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Y no perdonar aquella persona que más te falló, es no tener esa cualidad.

Es tiempo de sanar esas heridas. De no levantar costra que tendrán como consecuencia marcas para toda la vida.
¿Qué sentido tiene mantenerlas abiertas?

1 comentarios:

Abel dijo...

En el fondo del mar, lo mas ondo del abismo... te alabare Señor desde mi corazon por este gran perdon.

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?