domingo, 8 de enero de 2012

Tienes la Victoria

   1 CORINTIOS 15:51-58 

Pero quiero que conozcáis este designio secreto de Dios: no todos moriremos, aunque todos seremos transformados  en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados.   Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad.   Y cuando nuestra naturaleza corruptible se revista de lo incorruptible y nuestro cuerpo mortal se revista de inmortalidad, se cumplirá lo que dice la Escritura:
“La muerte ha sido devorada con victoria.
   ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?”
   El aguijón de la muerte es el pecado, y la antigua ley dio al pecado su poder.   ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
   Por lo tanto, mis queridos hermanos, seguid firmes y constantes, trabajando siempre, cada vez más, en la obra del Señor; pues ya sabéis que no es inútil el trabajo que realizáis en unión con el Señor. 

Hoy en CCFEAM Banyoles, un precioso mensaje. Permitidme iros compartiendo algunos de ellos:

Hoy hablábamos de que la realidad es que nos comportamos como si tubiesemos que perseguir la victoria. Pero lo cierto es que esta en nuestras namos.
En estos versículos, Pablo quiere dar a entender que posee una revelación para el pueblo. Algo que la mente humana es incapaz de generar por si sola y únicamente puede ser a través del espíritu santo: Revelación de Dios! Y es que no hay poder de la muerte en el reino espiritual sobre nosotros porque somos transformados.


En un abrir y cerrar de ojos, el único poder que tenia Satanás (el de la Tierra) sera aplastado por un ejercito de redimidos, wow!!
El Segundo Despertar en nuestras vidas (conversión), sepulta el poder del pecado. Cuando el pecado entró en nuestra vida, inyectó la muerte. Pero ¿sabes qué? El poder del pecado es el que no nos hace dar la talla delante de la Ley. En cambio, el Poder de Cristo hace lo mismo, y nos sienta a su lado, en la Luz.
Y el pecado no tiene poder en mí si me doy cuenta de que no depende de mis obras, sino del humilde amor y gracia de Dios que me salvó por medio de la Fe.

"AHORA PUES, NINGUNA CONDENACIÓN HAY PARA LOS QUE ESTAN EN CRISTO. ESTO FUE PARA LOS QUE FUERON LLAMADOS"

1 comentarios:

abel dijo...

Gracias Señor por haverme tocado con tu Amor y haverme perdonado mis pecados , quiero servirte los dias que me des de vida.

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