De Dios proviene Poder

 Mateo 17:20 

“Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza; diréis a este monte: pásate de aquí alla y se pasará; y nada os será imposible” .

Hoy mi deseo es que nosotros como hijos comprendamos la grandeza del poder de Dios que habita dentro de nosotros. Y es que de una forma u otra, podemos experimentarlo y mostrarlo. ¡Atrévete a descubrirlo hoy!

En Lucas 18:27 dice: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. Que palabra más completa, no hay que agregarle nada ni explicarle mucho, ¿no crees?
Dios el creador de los cielos y la Tierra, el que formó los montes y valles, el que tiene el control de los vientos, ¿no tendrá el poder para hacer de lo humanamente imposible, lo posible para ti?

Incluimos los imposibles y grandes metas para nuestra vida en "todas las cosas son posibles". Pero  lo cierto es que no son unas si y otras no. "El Hijo del Hombre vino a deshacer las obras del diablo."
Precisamente esas son las fortalezas y montes sobre los cuales se nos ha dado poder, autoridad y posibilidad. Sobre esos montes es que debemos aplicar la dinamita para que sean derrumbados.

Esa dinamita la encuentras en Hechos 1:8, dónde observamos a Jesús que dice: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”, esa expresión recibiréis poder nos da a entender que este poder no estaba, sino que fué dado por alguien que nos lo da, es el poder que viene del cielo, para quienes se atreven a tomar de lo imposible lo posible y hacerlo realidad. ¡Despierta! 
En 1 Corintios 4:20 dice: “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder” y ese reino está entre nosotros, con nosotros y en nosotros.

Pablo dice “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu de poder” Ahora es tiempo de chequearnos conforme a la palabra y vernos en ese poder.

Lucas 11:9 donde Jesucristo nos dice: “Pedid y se os dará; buscad, y hallarés; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? Pues si vosotros, siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidan?”


Es tiempo de creerle. ¿Te sientes dormido con esta promesa suya? ¡Despierta!