Evitando problemas

El hombre iracundo promueve contiendas;
Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.

Proverbios 15:18

Hoy voy a ir al grano. Quiero hablarte de la sabiduría, pero no de una sabiduría de conocimiento o entendimiento, o una sabiduría “en general”. 

Quiero hablarte de un tipo de sabiduría en particular. La sabiduría que se puede (¿y se debe?) tener para ser capaz de vislumbrar una discusión o un problema y ser capaz a su vez de frenarlo. Me explicaré. 

Normalmente cuando discutimos con alguien es casi siempre porque al menos uno de los

dos, sino los dos, nos pensamos que tenemos la razón sobre el tema de discusión. Hay una de las dos partes que no quiere ceder en su razonamiento, y que diga lo que diga el otro será una equivocación porque solo él tiene la razón. Eso en el mejor de los casos puede llevar a una discusión en la que haya un poco de tensión y finalmente uno de los dos reconozca que se equivocaba y se solucione el problema. Pero eso en el mejor de los casos. En el resto de casos la cosa no suele salir muy bien parada. Es posible que haya malas contestaciones, malas palabras, reacciones violentas e incluso surja una enemistad.

Pero todo eso se puede evitar yendo por delante. Ir por delante de todo eso implica tener la SABIDURÍA de vislumbrar una posible discusión y evitarla. Sabiduría no es bajarse los pantalones después de que ya se haya discutido (aunque está muy bien también), sabiduría es anticiparse a todo eso y antes de que explote la pelea tener ya los pantalones bajados. Y eso requiere de humildad también.

Y para tener esa humildad y esa sabiduría, lo único que hay que hacer es tener presente siempre la pregunta de: ¿qué haría Jesús en mi lugar?