martes, 17 de abril de 2012

¿Hielo caliente?



Apocalipsis 3.15-17

”‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 


En la naturaleza estos tres estados refieren la intensidad con que se mide o valora un objeto o líquido, y de acuerdo a ello podemos determinar si nos es de utilidad o no. Por ejemplo: en un lugar donde es demasiado frío o nos encontramos en ese estado anhelamos algo caliente (un café, una fogata) por el contrario, si estamos en un lugar demasiado caluroso, anhelamos algo frío. Como notarás en el pasaje que estamos viendo, es a lo que se refería el Señor Jesús con relación a la iglesia de aquellos tiempos y que hoy día la misma iglesia (los creyentes) están viviendo; un estado de tibieza espiritual, donde el hombre únicamente tiene su mirada puesta en lo material, sin importarle lo espiritual, porque para él lo que realmente tiene valor es lo que posee.


En este tipo de personas cabe hacer la siguiente pregunta ¿Dónde está Dios en ti? Desde luego que Él se encuentra muy distante o definitivamente no existe, ya que las riquezas materiales llenan todo tu corazón; recordemos que la Palabra  dice:

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 
Mateo 6:21 

Te pregunto ¿este es tu caso? Es comparado con las aguas que provenían de las montañas y recorrían 10 km en un acueducto llegando a la ciudad tibia y no refrescaba, sino que provocaban vómito. Es por esto que el Señor se dirige a los creyentes tibios y les dice que los vomitará, es decir, que los abomina, los repudia, los rechaza, que no son del agrado de Él; y aún más los llama MISERABLES, DIGNOS DE LÁSTIMA, POBRES, CIEGOS Y DESNUDOS.
Por muy grande que sea la riqueza material que has acumulado hasta hoy de que te sirve si el día que partas no te la llevarás, ya que todo lo material es temporal, no dura para siempre; y muchas veces, así como llegó un día, se va. 

Él quiere para sus hijos; Dios quiere unos hijos fuertes, esforzados, valientes, seguros y confiados; verdaderos guerreros dispuestos a dar hasta la vida misma. Que sean capaces de enfrentarse a las adversidades convencidas de que saldrán victoriosos únicamente con la ayuda del Señor. Esto solamente lo podemos lograr pasando del estado de TIBIEZA al CALIENTE, ya que el frío está a punto de congelación y en la antesala de la muerte.

1 comentarios:

Abel dijo...

Donde esta Dios en nosotros ? Buena pregunta a la que todos deberiamos reflexionar.

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