jueves, 17 de mayo de 2012

Me mantengo fuerte en el sufrir

Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado.
2 Timoteo 1:12

Cuando una estampida de pruebas se viene encima de nosotros podemos decir que nos sentimos llevados al extremo. Palpamos nuestra capacidad de resistencia y templanza. Aprendemos a vivir con ese torrente de pruebas y eso nos hace más fuertes; nos hace crecer. Pero estoy seguro que tú también sabes que son las caídas repetidas. Sentirte que tropiezas en la misma piedra, estar estático, sin avanzar. ¡Nadie puede saciar la necesidad que hay en tu interior!
Solemos levantar muros alrededor de nuestra identidad dónde guardamos nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos. Nos esmeramos en dar un "Bien, muy bien" cuando nos preguntan cómo estamos. Esto es un síntoma de no querer afrontar la realidad y a la vez, de no querer preocupar a los demás. También es cierto que no es fácil comenzar a recitar todas tus preocupaciones ante la pregunta "¿Y cómo estás?" de alguien que muy amablemente nos saluda así. Pero bien, ni tanto ni tan poco ¿no crees?
El esfuerzo por encubrir nuestro estado real nos hace centrarnos tanto en ello, que cuando nos queremos dar cuenta ya hemos sido invadidos por Satanás. Cuando una mujer o un hombre tiene hambre de Dios, las fuerzas enemigas se abalanzan con furia contra esa persona.
Es un tiempo complicado cada vez que Satanás nos acecha y se abalanza sobre nosotros, por ser hijos de Dios especialmente. Pero precisamente por eso, por ser Sus hijos, podemos levantarnos y decir "Aunque esté pasando dificultades y pruebas, aunque todo vaya contracorriente y quieran destruirme, yo sé a quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardarme hasta que venga"

No se trata de que te heches a reír o estar eufórico, ya que quizás no tienes ninguna felicidad ahora mismo. Quizás lo único que identificas que sientes es confusión. Pero debemos creer y alimentarnos de que: 

"Jehová preside en el diluvio, y se sienta Él cómo Rey para siempre"
Salmo 29:10


No tengamos pánico, sino entregemos todo a Él. Mis ojos están en ti y ello me da confianza. ¡Tú puedes!

1 comentarios:

Alex Prats dijo...

Amén! Gracias por compartir este mensaje :)

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