miércoles, 16 de mayo de 2012

Miedo a ser descubierto



 

Salmos 106:47  
Sálvanos, Jehová Dios nuestro,
Y recógenos de entre las naciones,
Para que alabemos tu santo nombre,
Para que nos gloriemos en tus alabanzas.

El libro que sigo para hacer mi devocional cada mañana se titula "¡Cambia de ritmo!. Hoy quiero hacer algo diferente, me gustaría compartir con todos vosotros lo que hoy he leído, y así pudiéramos hacer un debate más tarde, ¿qué os parece?

Cuando hemos hecho algo mal, todos vemos fantasmas por todas partes. Recuerdo el caso de BEN JONHSON, cuando después de haber ganado los 100 m en los JJ.OO de Seúl 88, y sabiendo que iba a dar positivo en el control antidoping, tardó más de dos horas y media en orinar, y necesitó beber varias botellas de cerveza y líquidos.

Dios ha puesto en todas las paersonas del mundo una conciencia de lo que está bien y lo que no lo está. Nadie puede escapar a lo que su conciencia le dice. A veces, con el paso del tiempo, logramos acallarla, distorsionarla o engañarla...pero nuestra conciencia siempre está ahí. Es una de las voces de Dios, una de las muchas maneras en las cuales Dios está hablando a cada persona. Y nuestra conciencia es la que ha fabricado un miedo muy característico: el miedo a ser descubiertos. 

Pocas personas pueden hacer algo que saben que es malo, y descansar tranquilamente. Por muchas cosas que uno haga, el miedo siempre está ahí, la culpabilidad sigue siempre presente. En esos momentos uno se da cuenta de lo que significa la paz, la tranquilidad, el descanso de haberse personado...pero son justamente todas estas cosas las que se han perdido al haber hecho algo malo. Y nuestras acciones siempre quedan en nuestro recuerdo. 

Es entonces cuando intentamos comprar a Dios. Y lo hacemos a base de "penitencias", es decir, cosas más o menos buenas que intentan demostrarle a Dios que estamos arrepentidos de lo que hemos hecho. Y sin embargo, eso no sirve de nada. Podemos hacer grandes cosas por ocultar nuestro pecado, hasta darnos cuenta de que Dios no atiende a nuestras razones. El secreto del perdón no es lo que nosotros hagamos, sino lo que Dios YA hizo.

Ninguno de nosotros puede descansar tranquilo sabiendo que nuestra culpa delante de Dios y de los demás, sigue siendo real. Un pecado oculto nunca puede quedar sin castigo. Sólo existe una posibilidad de restauración: venir delante de Dios, y descansar única y exclusivamente en los que Él hizo. Él quiere perdonarte, pero no con tus condiciones, con tus obras, con tus arrepentimientos o tus penitencias...Él murió por amor, por amor a ti. No sigas encubriendo tu pecado, no sigas viviendo con miedo a ser descubierto: descúbrete tú mismo delante de Dios.


Jaime Fernández Garrido. Editorial: Vida.

3 comentarios:

Abel dijo...

Tengo el libro ,mencanta porque son devocionales con testimonios o ejemplos de deportistas , que bueno es saber que Dios quiere que nos acerquemos El por Amor , sabiendo que nos perdona , eso es Amor , Dios no quiere que nos acerquemos por temor .

Alex Prats dijo...

Es un gran libro por eso he considerado conveniente publicarlo y compartirlo con todos vosotros.

La verdad es que muchas veces escondemos nuestros errores a los demás, e intentamos engañar nuestra consciencia. Pero, no nos damos cuenta que a la vez se lo escondemos a Dios.

La reacción que tendrá Dios no es la misma que tiene el ser humano, ya nos perdonó aun sabiendo que nos equivocaríamos en esto o aquello. Él nunca nos critica, nos humilla, sino que nos perdona, como ya hizo aquél día en aquella cruz.

Pau López ⑪ dijo...

"Pocas personas pueden hacer algo que saben que es malo, y descansar tranquilamente. Por muchas cosas que uno haga, el miedo siempre está ahí, la culpabilidad sigue siempre presente."

Tocado y hundido!

Gracias Alex, es de aliento en gran cantidad

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?