Lucas 14:35
El que tiene oÃdos para oÃr, oiga.
Son las 8:30 am., diez
personas esperan sentadas tras aquella puerta a que mencionen su nombre. –Antonio
Ramos, pase.
Mientras esperan sudores y nervios corretean por sus rostros,
inquietos se miran unos a los otros. Miran el reloj impacientemente, deseando
que los minutos pasen para poder volver a casa. Pero los nervios no se acabaran
aquà sino que en el momento que oigan su nombre entrará a una sala, en la que
será entrevistado por dos personas. De forma clara deberá de responder a las
preguntas bajo la mirada de sus dos posibles jefes. Y después viene la
despedida y un estrechamiento de manos, y la tÃpica frase: “ya te llamaremos”.
Pasan los dÃas, y tienes
los nervios a flor de piel. Miras el teléfono, te aseguras que esté bien
conectado, ves los minutos pasar, las manos te sudan y suena el teléfono: RIN,
RIN. Eres el elegido. Si, de 200 candidatos que estuvieron sentados en aquellas
diez sillas tú has sido el escogido.
Dios también te ha
escogido a ti. De entre toda la humanidad te ha escogido a ti para una función
en concreto. Te ha creado con todas aquellas cualidades necesarias para que puedas
desempeñar su propósito. Pero, en vez de responder sueles ignorar su llamada,
no teniendo una actitud entusiasta por su elección.
No tenemos entusiasmo ante
el trabajo que Dios nos tiene preparado. Pero lo que si tenemos es un gran saco
de excusas que ponemos frente a Él, siendo ésta nuestra justificación, ¿Debe de
ser esta nuestra actitud? No podemos olvidar el motivo por el que estamos aquÃ.
Vivimos por Él, y para Él. Antes de que naciéramos ya fuimos llamados, es decir,
escogidos por Dios. Hay una frase que dice: “Incluso
antes de que estuvieras en el vientre de tu madre ya fuiste escogido por Dios”.
Dios te ha creado con las fuerzas suficientes para que puedas acarrear con
aquel mandato. Reúnes las caracterÃsticas suficientes para poder cumplir con
ello. ¿Por qué solemos ignorar su voz? Somos pecadores, y como tales nos llama
más la atención lo que el mundo nos ofrece antes que lo que Dios nos ha preparado.
Antes responderemos a la llamada de una persona antes que a la de Dios, preferimos
vivir de la manera que nos ofrece la sociedad, en vez de vivir en la voluntad
de Dios. Y este tiene que ser un aspecto de lucha del dÃa a dÃa, persistiendo en la carrera para llegar a nuestra meta. ¿Cómo escucharle? Además de la Biblia, Dios puede hablarte de muchas
otras maneras como por ejemplo a través de otras personas, sueños la oración…,
pero primero “limpia tus oÃdos” y capacÃtate para poder escucharle.
Debemos de esperar a la
llamada de Dios, y en el momento que oigamos “tengo preparado esto para ti” no
esperes más, levántate y dile: “ahora voy”. Esta debe de ser nuestra actitud,
somos sus hijos, Él es nuestro Creador, nuestro padre, nuestro salvador, y
nuestros corazones deben de estar dispuestos a pagar el precio.
Él te está llamando, solo
espera que cojas su llamada.
3 comentarios:
El murio x mi Yo vivire para Él.
Gracias una vez más Abel por compartir con nosotros. Gran frase :)
Gracias a vosotros x vuestros devocionales ;)
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