Mi fortaleza

Salmo 27:3

Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.

Voy a ser muy directo. Si estás pasando por un momento de prueba, o sientes que en este momento estás siendo atacado, esta reflexión va dedicada a TI.

David fue el rey más grande que el pueblo de Israel jamás tuvo. Conquistó muchas ciudades y destruyó a innumerables enemigos. Pero también sufrió. Antes de todo eso fue perseguido. Saúl intentó matarle y mandó que otros hombres le capturasen y le matasen si él no lo encontraba antes. David tuvo que huir. Dejarlo todo y refugiarse en montañas y cuevas para que su vida no estuviese en juego. Y aunque evidentemente la angustia alguna vez se apoderaba de él, ¡estaba confiado! Y yo me pregunto: ¿cómo es posible que un tio que está siendo perseguido y que sabe que le buscan para matarlo pueda estar tranquilo y confiado?

La respuesta es una: Dios. David escribió este Salmo en momentos de angustia y de persecución. Momentos en los que estaba pasando por una dura prueba de fidelidad a Dios. Y sabia que la única manera de salir victorioso de esa situación era dejándolo todo en Sus manos.

Si David fue capaz de confiar en Dios y no dejar que la angustia se apoderase de él en una situación tan crítica de su vida, ¿a qué diantres jugamos nosotros?

Obviamente nuestras situaciones también son difíciles y complicadas, y aunque quizá no estemos siendo perseguidos a muerte como lo fue David, también estamos pasando por una situación límite en nuestra vida. Pero como leemos en el versículo (te recomiendo que te leas no sólo este versículo, sino todo el capítulo entero) aunque un ejército acampe contra nosotros, no hemos de temer. Él es nuestra fortaleza. Y la única manera de salir victoriosos de una dura prueba, es con Él. Y eso implica buscarle. Buscarle permanentemente, porque es en estos momentos cuando más falta nos hace. No importa si estás en el trabajo, en la universidad, en el cole o en la calle. Acude a Él en este momento y déjale toda tu carga y preocupación. Dios oye tu oración, y la oración es poder. No esperes más.

Jehová es la fortaleza de mi vida.