miércoles, 25 de enero de 2012

Sólo para ti, Papá.

    Colosenses 3:24-25
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” 


Esta semana esta siendo preciosa. Una vez más, Dios ha mostrado su mano y me ha dado una lección. Anhelaba desde lo más profundo que Dios me llevase a la prueba "extrema" para ver su poder en su totalidad de en mi vida; pero esto desgraciadamente, no lo recordé hasta que no se mostró y se glorificó. 
Si bien es cierto que para eso, tuve que pasar un proceso y llegar a canalizar mi preocupación personal, en ningún momento recordaba ese deseo que hace tanto tiempo oré: "Dios, me gustaría ver como cuando todo se sostiene por un hilo, tu lo aguantas y no me dejas caer!" Pues vaya, realmente fue angustioso, pero Gloria a Él. 
Papá que ve la intención de tu corazón, te premia con su corona. Y esto es polifacético, sino recordad a Juan el Bautista; sin lugar a dudas fue coronado, aparte de porque el mismísimo Jesús dijo que "nunca se levantará un hombre como Juan el Bautista", porque resistió. Quizás no fue el mejor final terrenal, pero la corona de Dios se posa en su cabeza ahora. Sin lugar a dudas, fue todo un ejemplo.

Creo que todos, como humanos, necesitamos que nos reconozcan el buen trabajo. Pero no hablo de un reconocimiento que nos exalte a las nubes, sino de un sincero "gracias por tu trabajo". Diciendo lo que debe ser dicho. Pero por otra parte, a mi no me interesa hasta cierto punto. Todos hemos esperado en algún momento de nuestra vida un “lo hiciste bien” o "muchas gracias por lo que has hecho", pero muchísimas ocasiones no lo hemos recibido cuando quizá lo esperábamos. Y gracias a esto, he aprendido a que esto mismo me sirva de motivación para centrar la gloria y la honra para quien realmente obro. Es decir, en la medida en que busque más reconocimiento humano, menos atención presto al reconocimiento divino. No debo crear un obstáculo para realizar aquello que Dios nos ha puesto en mi corazón.
Por esa razón te motivo a que sigas haciendo lo que Dios te mandó a hacer, no importa que no se reconozca tu trabajo, no importa si nadie cree en ti, tu sigue haciendo lo que Dios te mando a hacer, porque ÉL que te llamo, te va a Respaldar, te lo aseguro, tarde o temprano la gente comprenderá que tu llamado no era humano, sino Divino. 

La lección de esta semana ha sido: cuánto más asimile para quién trabajo realmente, cuánto más asimile el versículo de la cabecera, más fácil me será llevar las "penas" o "dificultades" del camino. La Fe se basa confianza, y si confías en la obra que ÉL te dio, Dios te respalda. Juan recibió las mayores palabras de ánimo y motivación para una persona de parte de Jesús; ¿ en qué manera te respalda Dios? Lo cierto es que cualquier manera es posible, pero qué bonito es ver su respaldo y cuidado en acción. 
Por otro lado, de ayudo a motivar, agradecer a cualquiera que trabaje para Dios. Ayuda, en la medida en que el espíritu Santo te lo muestre, a quien creas. Estemos receptivos cualquiera que sea nuestro papel.




¿Quieres coger la corona que Dios tiene para ti hoy? Confiemos, no desfallezcamos, porque a ÉL le servimos; y es un Honor hacerlo Papá.

1 comentarios:

Abel dijo...

Si Dios te lo a puesto en el corazon adelante ,esa fue la respuesta de un amigo ,asi pues confia en El , la gloria es para El como muy bien dices Pau y que gozo es servirle AMEN.

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?