¿Somos iguales?

Encomienda a Jehová tu camino,

y confía en él; y él hará.

Salmos 37: 5

"Tienes razón, no hay perspectivas. Las cosas no se van encaminando como lo esperas, al contrario, todo peor..." Son afirmaciones que sentencian una verdad, y sobre esa verdad me gustaría que hablásemos. ¿Estás preparado?

Tras una emotiva conversación con mi pareja, vuelvo a darme cuenta, primeramente de cuánto la quiero y cómo esta actuando de una manera muy directa en mi camino cada día.

A menudo me encuentro con que la gente que me rodea tiene ideas que no comparto sobre la vida, la familia que quiero formar e incluso mi carácter. Tengo la sensación de que nos falla la conexión por como ven y valoran mi vida y como es en realidad. No me gustan las generalizaciones, y que se me recuerde mi poca experiencia pensando “al final, aunque no te des cuenta todos caemos en las mismas rutinas y comportamientos” me resulta molesto. Pero ¡qué gran error! Muy a menudo solemos comparar áreas de nuestra vida con las mismas áreas de otros hermanos y lo hacemos de una manera curiosa; solemos comparar los resultados, las consecuencias o los desenlaces de otros, no con nuestros resultados, sino con  nuestro recorrido que aún estamos teniendo. Es decir, nos preveen que nos van a pasar basándose en las puras "estadísticas".
Pero discrepo enormemente. ¿Acaso no soy yo el único consciente realmente de cuál es mi realidad? ¿Acaso no eres tú quien sabes mejor que tus amigos si tus cimientos están puestos en la roca? ¿Cómo podemos permitirnos darnos el lujo de sentenciar tan rápido sin conocer a penas nada sobre el otro?

Ahora bien, si en algo estoy de acuerdo es que en ningún momento trato de transmitirte que pienso en que no habrán problemas ni tribulación. ¡Por supuesto que habrá! ¡Qué iluso sería pensarlo... Pero eso es bien distinto a saber cómo estoy yo y cómo estoy de preparado, en qué me estoy basando cómo persona y, sobretodo, qué relación tengo yo personalmente con Dios. Lamentablemente, por mucho que escriba nunca podré detallarte exactamente cómo es esa relación y nunca seré capaz de confesártelo todo. Y lo mismo sucede contigo, ¿permites que te metan en el mismo saco en base a suposiciones o estadísticas?

Delante de problemas:

Si al fin te han llegado esos problemas, estés más o menos preparado para ellos, aunque no veas nada, sabes en el fondo de tu corazón, que las cosas darán un giro radical y repentino... Sabes qué mañana saldrá otra vez el Sol si Dios quiere, y ojalá tengamos constantemente esas fuerzas, gracias a Él, para acabar pensando que en ÉL tenemos sentido de existir y fuerza.

Lo sabes, porque Dios te lo ha prometido pero lo más grande, es que también lo sabes porque en situaciones específicas pasadas pudiste comprobarlo...¡Acuérdate! ¡Acuérdate!

Trae a tu memoria esas palabras oportunas que Dios te dio y que llegaron en el momento que las necesitabas... ¿Te acuerdas? Trae a tu memoria esas acciones inesperadas de parte de Dios cuando ya no veías nada... ¿Te acuerdas? ¿Qué grado dificultad tiene para Dios el problema por el que ahora atraviesas?... ¡Ninguno! Darle grado de dificultad sería limitar a nuestro Dios! ¿Te acuerdas cuando no veías nada?... ¿Y qué paso después?... ¡Problema resuelto! Y ahora, que no ves nada, la historia se continúa...

La historia se va a seguir escribiendo. Cree en la buena base que estas construyendo en ti.

¡¿Y TÚ QUÉ OPINAS?! Aún queda mucho por decir y queremos saber tu opinión?! Gracias!!