Todo es condicional

1ª Reyes 8:23

Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón.

“-Te prometo que te compraré la PlayStation3 si apruebas todas las asignaturas.”

Esta podría ser perfectamente la promesa que le hace un padre a su hijo, con la intención de que el chaval se esfuerce para sacar el curso adelante. Le está garantizando que le premiará con una consola, si el chico pone de su parte para aprobar y lo consigue.

Si te fijas, cuando lees la Biblia y ves todas las promesas que Dios hace en ella, siempre son promesas condicionales. Esto quiere decir que Dios nos garantiza que nos premiará con algo. Nos da Su palabra, de que vamos a tener aquello que Él nos está diciendo. No hay ninguna duda de que eso será así. De ninguna manera eso cambiará. Bueno si, puede cambiar de UNA manera: dando la espalda a Dios. Es muy fácil de hacer. Se trata simplemente de olvidarse de Él, de seguir nuestro propio camino, de no prestar atención a lo que nos dice, de no dedicarle tiempo…en definitiva, de darle la espalda.

Es la única condición que Dios nos pone: obediencia. Nos dice que le obedezcamos, que permanezcamos firmes en sus caminos, aunque no tengamos ganas o nos parezca imposible aguantar. Tanto si estás en una prueba o no, permanece. Y si permaneces fiel, Él mucho más.

Dios tiene cosas que ni imaginas preparadas para ti. Algunas no tienes ni idea de lo que son, en cambio otras ya lo sabes porque Él te lo ha revelado. Pero recuerda que si quieres disfrutar de todas ellas, lo único que debes hacer es seguirle incondicionalmente.

Sus promesas son maravillosas, esfuérzate en que se cumplan.