jueves, 24 de mayo de 2012

Contigo puedo ser yo mismo.


"El que afirma que permanece en Él, debe vivir como Él vivió"
1 Juan 2:6

Una cosa es cierta, y es que si fingimos que nos llevamos bien con Dios, que disfrutamos de Él o que le amamos, Él sabe cual es la verdad absoluta. Por eso, es recomendable no intentar engañarle, y digo intentar porque tampoco lo podremos conseguir como es fácil deducir. Quizás no te sientas que es tu caso, pero ¿Cuánto tiempo gasto preocupándome por Él?
 En cambio, hay una cosa bonita en la comunicación hacia Dios, a pesar que Él sepa todo lo que podemos decirle. Obtenemos libertad y calma al confesarle nuestras preocupaciones o sentimientos de aflicción. Mostrarle nuestros problemas nos ayuda a liberar cargas y por tanto poder andar mejor, dejar las cargas en el lugar que les corresponden y por último, tener la certeza de que esas cargas desaparecerán y no existirán porque Él las habrá consumido.
Incluso si somos valientes, le diremos que lo hemos sustituido por X cosa durante X tiempo. Sólo tú sabes la incógnita de esas dos X. ¿Qué consecuencias trae esto? Pues un nuevo horizonte. Reconociendo ante Él cómo hemos sido realmente, veremos cómo única y verdadera salida que necesitamos que nos cambie. Necesitamos que se vuelva a colocar en primer lugar y volver a retomar el gozo de nuestra relación con Él cada día. 
Pero, ¿por qué es tan difícil hacer esto? ¿Porqué nuestra naturaleza nos incita a hacer lo contrario? Sin duda que es porque escuchamos el susurro del enemigo: “ Dile a Dios lo que él debe de hacer y si no te escucha, toma tu el control”

¿Serías capaz de compartir qué te gusta de Él?
A mí, una de las cosas que más me gusta es que siempre esta disponible para hablar y para escucharme con la máxima atención y amor posible.



Bendice a los demás compartiendo lo que te bendice a ti :)
Saludos!

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