martes, 29 de mayo de 2012

Enamorado de quien temo

 Él reina sobre la bóveda de la tierra,
        cuyos habitantes son como langostas.
    Él extiende los cielos como un toldo,
        y los despliega como carpa para ser habitada.  
 Él anula a los poderosos,
        y a nada reduce a los gobernantes de este mundo. 
Isaías 20:22-23

 Es un sentimiento que demuestra algo más profundo de lo que a primera vista parece. En el fondo, esconde amor y reconocer dónde estamos tú y yo y dónde está Él. Tenemos posiciones diferentes; nosotros estamos en lo más bajo y Él en cambio, está en el absoluto número 1 por siempre.  Hablamos del TEMOR.
Estarás de acuerdo conmigo en que en unos o en otros momentos, conectamos mejor  con esos versículos que reflejan un temor por Dios absoluto y una máxima reverencia a Él.
Podemos sentir temor incluso cuando dejamos de ser doctrinales en nuestras costumbres como cristianos, en nuestras rutinas como leer u orar. Quizás si un día no lo haces, lleges a sentirte mal y posteriormente pueda entrarte una culpabilidad que desenvoque en un extraño "temor" a Dios. Pero el sentir eso deja a la luz el porqué sucede, me explico. Si nos educan con que hay que reservar un tiempo para orar, otro tiempo para leer, otro tiempo para tal cosa y así sucesivamente, con el tiempo podemos caer en un peligroso juego. Obviamente con 13 años no saldrán fuerzas sobrenaturales de tí para ir a la bíblia, pero si más adelante todo eso debe transformarse en una necesidad natural. El estar en comunión con Dios debe ser algo por lo cual luchemos y defendamos como si nos fuese la vida. 

Si no me equivoco, aún no he encontrado ningún versículo dónde Jesús recuerde a la gente que deben pasar un tiempo de lectura y oración diaria obligatoria. Más bien, amarlo con toda tu mente, todo tu corazón y todo tu ser  va a provocar en nosotros esa necesidad. Ese primer mandamiento que nos dejó no representa ninguna obligación de lectura directamente, sino que son los frutos de llevarlo a cabo.
Muchas veces siento que mis ratos de comunión son de infinita culpabilidad  y ahí me quedo; ese es el tema central. Quizás, sería mejor tener esa intimidad mostrando su amor a lo largo del día y de nuestra vida.

Sigo temiendo a Dios, pero de una forma sin miedo, sino más bien respeto, reverencia. No debemos olvidar que el temor es algo a lo que la bíblia nos llama a conseguir, pero en este mundo ese sentimiento de temor puede durar minutos o segundos. Todo pasa y todo se olvida, pero su gran amor no pasa.

 Que ni el temor ni el Amor hacía nosotros los olvidemos nunca.

1 comentarios:

Abel dijo...

Aixi es , Deu per aixo vol que ens apropem a Ell per Amor no per Temor .

Bon devocional.

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