martes, 12 de junio de 2012

Agitar antes de usar

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí que Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; mas yo he rogado por ti que tu fe no falte; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.  Y él le dijo: Señor, aparejado estoy a ir contigo aun a cárcel y a muerte. 
Lucas 22:28-33 


 Están las pruebas, las dificultades y también está el zarandeo. Una de ellas tiene una clara diferencia respecto las otras dos; una de ellas no proviene de Dios y tampoco tiene como esencia el lo que Dios nos quiere enseñar y aportar. ¿Imaginas cual es ya?
Efectivamente, zarandeo es la que no encaja. Entedemos por zarandeo el ser conmovido por la agitación de pruebas repentias. Normalmente el zarandeo viene comprimido en un período corto de tiempo pero muy intenso. Para Jesús duró 40 días y 40 noches en el desierto, y en este caso a Pedro solo serían unos pocos días. Eso sí, estoy bien seguro que esos pocos días se convirtieron en los peores de su vida, dónde su FE sería movida y sacudida como nunca con la única intención de destruirla.  

Curiosamente, Jesús no oró para que el zarandeo desapareciese, sino que oró para que la fe de Pedro no desfalleciera. Sin duda ahí tienes el principal objetivo de satanás, ¡Nuestra fe! Pero también es cierto que Satanás no pierde el tiempo, ¿cierto? Entonces estarás de acuerdo conmigo en que busca zarandear únicamente a los que son una amenaza para su actividad, busca el buen árbol con fruto fresco para arrancarle toda muestra de progreso y dejarlo sin una sola rama; aniquilarlo. La verdad es que entiendo a Satanás; a mi también me hubiese dado esa rabia después de que Pedro estubiese 3 años quitando demonios y sanando enfermos. Digamos que Pedro le estaba tirando toda la faena por el suelo a Satanás, ¿no? Pero ya fue demasiado... Que Jesús quisiera que Pedro gobernara en el nuevo reino querría decir que esos 3 años anteriores serían miseria comparado con lo que Pedro iba a hacer a partir de entonces. A Satanás le invadió la rabia absolutamente, ¿puedes empatizar esa situación?

Pero al fin y al cabo "¿Por qué yo? ¿Por qué justamente ahora? Permiteme antes mostrarte otra parte de la realidad: si precisamente estas en el momento difícil en el que estás, es porque un día obedeciste y fuiste a los brazos de Dios, separándote así de Satanás. Para que el mal te quiera hacer daño tienes que ir en contra de él y si seguiste a Jesús un día, entraste en la lista oscura de Satanás. Es una buena notícia! Qué sería de nosotros si no estubieramos en esa lista negra... Satanás no se preocuparía en molestarnos porque ya nos perderíamos suficientemente nosotros solos. Y es que cuanto mayor sea tu entrega a la voluntad de Dios, cuanto mayor sea tu potencial y tus capacidades, más fuerte será el zarandeo.

Pero estás en el lado ganador.
Tu Padre, tu Dios y tu íntimo compañero, quien te guarda y te provee de todo lo que necesitas, no es un Dios que le guste que lo pasemos mal. Tampoco disfruta al ver en nosotros sentimientos negativos y dolorosos. Él es el buen pastor y lo único que desea es que corras hacía Él. Cuanto más tardes en hacerlo, menos caminos te dejará para que no lo hagas. Quizás llega el día en que tu única salida es Él, pero llegará el día de decidirlo y demostrar si Dios te llena o no te llena completamente.

#TuDecides 

1 comentarios:

Alex Prats dijo...

Gran reflexión!

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