Lucas 2:49
Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No
sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Los
adolescentes y los que acaban de entrar en la etapa adulta siempre excusan sus
comportamientos diciendo “es que somos jóvenes”. Consideran que ser joven equipara
al descontrol y a la desobediencia. Se justifican en la edad como si la vida
cristiana tuviera su inicio en una edad concreta.
La vida
cristiana empieza desde el momento en el que tú aceptas a Dios como tu
Salvador, decides que Él sea quien marque el ritmo de tu vida, y desde este
entonces tu actitud debe de caminar junto a Jesús, a pesar de ser adolescente o
pre-adulto.
Es
cierto que hay edades en las que resultan ser más difíciles, sobre todo cuando
se es joven ya que surge el apetito de querer probar diferentes experiencias. Son
momentos en los que comenzamos a observar y aprender de nuestro alrededor…nuestra
actitud sufre varias alteraciones, etc.
Pero esto debe de ser un incentivo para querer probar más sobre la esencia y el
significado de Jesús. Estas ganas que nos surgen por descubrir podríamos
enfocarlo más bien a conocer a Jesús.
En Lucas dice:
2:41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;
2:42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
2:43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.
2:44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
2:45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
2:46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles.
2:47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
2:48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
2:49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
2:50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.
2:51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
2:42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.
2:43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.
2:44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos;
2:45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
2:46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles.
2:47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
2:48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
2:49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
2:50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.
2:51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Jesús
cuando era adolescente ya comenzó a predicar por las sinagogas sobre su Padre.
Se reunía con varias personas para hablar del Creador, incluso su madre se
asombró pero era la labor a la que Jesús fue llamado.
Nosotros
decimos que tenemos que ser imitadores de Jesús, entonces… ¿a qué esperas? No
importa la edad que tengas porque para Dios no resulta un problema. Él quiere
que cada mañana te levantes y pongas un pie en el suelo tengas la mentalidad
de: “hoy es un día más para ser conocedor e imitador de Jesús: 1 Corintios 11:1 ”Sed seguidores de mí, así
como yo de Cristo”.
Quería
transmitiros esta idea tan cierta, ya que muchas veces olvidamos de que somos
hijos de Dios y tenemos que tener un comportamiento acorde con lo que creemos.
Es cierto que habrá momentos que nos resulte más difícil seguir a Jesús, pero
como dijimos es una carrera que empezó y debemos seguir corriendo hasta
alcanzar la meta. Pensemos, además, que a través de nuestra actitud podemos
llamar a mucha gente a conocer a Jesús; Mateo 7:20 “Así que, por sus frutos los conoceréis”. Y
por lo tanto siempre tenemos que estar atentos, ya que alguien puede estar
observándonos.
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