lunes, 23 de enero de 2012

Momentos duros que regalan amigos únicos.

Eclesiastés 4:10
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero: mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
Me encanta disfrutar compartiendo tiempo con los amigos. Amigos que escuchan y quieren aprenden a escuchar (difícil tarea, por cierto) Hay veces que uno se siente mejor simplemente teniendo a alguien que le escuche correctamente. Lo cierto es que lo aprecio sea cual sea la manera. Me encanta compartir mi tiempo, y este fin de semana lo he podido hacer como hacía tiempo y además, lo necesitaba.
Y este tiempo de calidad me ha hecho reflexionar precisamente sobre lo opuesto: ¿Alguna vez has sido herido por un amigo? ¿Te ha decepcionado una amistad? Ese momento en el que piensas, " de ti no me lo esperaba, no puede estar pasando, te aprecio..." ¿Sabes de lo que te hablo? Y es en ese momento cuando este versículo toma vida. En ese momento tu puedes, incluso, visualizar tu soledad de una manera increíble. Te horripila el posible futuro y yo soy de los que tiende a pensar en qué sucedería si no existiesen esas leales amistades; cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. ¡Me da muchísimo miedo! Lo cierto es que actualmente, y a pesar de las distancias, una de las bases de mi juventud siguen siendo esas leales amistades.  De manera que no lo puedo entender, existe algo dentro de mí que necesita relacionarse, necesita hablar a alguien y tener conexión. De alguna manera química necesitamos compañía y ser "aceptados", ser valorados. La amistad, además de otras muchas cosas, forja constantemente esto.
Pero desgraciadamente, a todos nos ha sucedido mas tarde o temprano; alguien nos traiciona,nos desilusiona...Muy probablemente sea fruto de alguna reacción o mal entendido nuestro propiamente, pero este mensaje es para las dos personas por igual. Y es curioso, pero sabemos que hay un precipicio y saltamos al vacío confiando en no se qué. Desconectamos de algunos para evitar el dolor. Quizás no habla el mismo idioma que tú, quizás no viste igual, no habla igual, tiene menos o más luces que tú y te sientes superior o inferior, respectivamente. Es el pan diario de una relación interpersonal el ser transparentes y mostrar todas nuestras cartas, no tener vergüenza a quedar en evidencia, porque todos estamos en el mismo punto. En la amistad no hay mofa ni intención de destrucción, pero igualmente nos cuesta entenderlo y por consecuencia, tener la actitud correcta de amistad.
Sinceramente opino que  no fuimos diseñados por Dios para estar solos. Génesis es el gran ejemplo. Veo a un adán y Eva como pareja, pero como principio, como raíz, como esencia de que el hombre necesita compañía y no solo del otro sexo como pareja. Necesitamos a alguien que nos ayude; que nos comprenda. Pero el primer paso en esto lo tenemos que dar nosotros; no podemos querer una amistad si somos vergonzosos a compartir nuestro más "ridículo" interior. Te ayuda en algunas cosas ser solitario; pero nunca lo pongas por encima de la necesidad de compañía leal y pura.
Es por eso que reconciliar puede ser un principio, un reto para este Lunes y esta semana. Amigos, compañeros, hermanos, familiares, todos merecen esa reconciliación. Si Dios lo hizo con nosotros, ¿cuánto más no estamos en deuda para siempre con los que nos rodean? CORREGIR ES AMAR. Cuando no es posible corregir en amor, y a solas, a la persona que se ha equivocado, hay algo que debes absolutamente evitar: la divulgación, el rumor, sin necesidad, de su supuesta o clara culpa, hablar mal de él  dando por probado aquello que no lo es o quizás, exagerando la culpa. Santiago 4:11 dice “No habléis mal unos de otros”. 

En la amistad, si das el primer paso, tu amigo cogerá tu mano y te ayudará a continuar juntos.

 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros” (Santiago 5:16). “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:9-10).


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?