domingo, 15 de abril de 2012

Con el objetivo claro, gracias!

Cuando estás sirviendo en la obra, en el ministerio, en la iglesia, o allí donde estés dedicando tiempo y haga referencia a Dios, es fácil que pierdas de vista por qué estás haciendo lo que estás haciendo. Si por un momento lo pierdes de vista es fácil que te fallen las fuerzas, o te venga el desánimo, la amargura o el cansancio. 

No lo hacemos por el reconocimiento, aunque no me considero invulnerable al orgullo ni a otros pecados. Tampoco lo hacemos porque en ocasiones sea agradable y la carga ligera. Lo hacemos porque sabemos Quien nos escogió, nos salvó y nos llamó de la perdición a su Reino. Es cierto que a veces puede que me mueva un vacío sentido de la responsabilidad, del deber, pero pronto me debo recordar a mí mismo que la causa es Él, Su amor. Que vino a este mundo lleno de gente ingrata lleno de Gracia y de Verdad, que entregó su vida siendo maldecido, y todo lo hizo con los ojos puestos en sus redimidos.
Estoy eternamente agradecido a mi Dios y Señor porque servirle, de la manera que sea, aunque hayamos tenido momentos duros (y éstos son cuando ves sufrir a alguien amado, o cuando alguien abandona la fe, por ejemplo) la tónica general ha sido un gran gozo al servir con hermanos, compañeros de armas espirituales, quienes están siendo magníficos compañeros de milicia, leales amigos, maestros del cristianismo sencillo y auténtico. Me encantaría hacer aquí una lista de estos amigos, pero temo que me dejara a alguno fuera, además, a alguno le sacaría los colores al leer su nombre aquí. Y seamos sinceros, no has entrado a leer esta entrada para encontrarte una lista de nombres... jeje.

Servir al Señor, a su obra mediante este blog con tan magníficos compañeros es una delicia, una bendición, una escuela y un gozo. Pero vosotros cada día no estáis enseñando algo nuevo con vuestros comentarios. Sin duda, sois un elemento base en La Espada y os lo queremos agradecer muchísimo!!
¿Qué decir del equipo? Ellos me ayudan a ser cada vez mejor,  a mantener el equilibrio en mi vida, y a tener el enfoque adecuado. Juntos, podemos sentirnos fuertes en medio de una ventisca y nos ayudamos sin dudarlo. Pasarán los años, quizás nos separemos por las circunstancias de esta vida, pero volveremos a encontrarnos, en moradas eternas, donde por siempre seguiremos disfrutando del servicio a nuestro gran Dios y Salvador. Estamos unidos para siempre comprados por la Gracia del Salvador, cubiertos por la Justicia del Resucitado.

Pasarán mil años, y tras esos mil, veinte mil, quizás olvide muchas cosas, pero nunca olvidaré que me amaste y moriste por mí.

GRACIAS!

1 comentarios:

Abel dijo...

Cert Pau mai hem de perdre de vista a qui servim per amor per que tot es per éll i per nosaltres totes les seves promeses .

Publicar un comentario

¿Qué piensas acerca de este mensaje?