Sin parar de orar

Orad sin cesar

1a Tesalonicenses 5:17

Cuando tenemos un problema lo primero que muchas veces solemos hacer es llamar a un amigo. En seguida le llamamos y le contamos lo que nos esté pasando para desahogarnos y que nos tranquilice y nos apoye en ese momento. También solemos llamar a un amigo o alguien muy cercano cuando nos pasa algo bueno. Le contamos la alegría del momento con entusiasmo y gozo, ya sea que nos hemos sacado el carné de conducir, o que hemos aprobado un examen o que la chica que nos gusta nos ha dicho que sí. Da igual donde estemos, pero si tenemos que recurrir a alguien cercano, no tenemos más que abrir el teléfono o el ordenador y comunicarnos con esa persona con la que estamos deseando hablar.

¿Y porqué con Dios lo hacemos diferente? A Dios le ponemos horarios incomprensiblemente para hablar con Él. Limitamos nuestras conversaciones con Él al tiempo de orar por los alimentos, al tiempo de devocional de ese día si es que lo tenemos, a la reunión de oración semanal, o a momentos concretos que hemos buscado para hablar con nuestro Dios.

Y yo me pregunto: si cuando me pasa algo, sea positivo o negativo enseguida quedo o llamo con un amigo para hablar con él, ¿por qué no hacerlo igual con Dios? La oración es algo que se puede hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Yo personalmente hace unas semanas que he empezado a tener el hábito de hablar con Dios cada cinco o diez minutos durante todo el día. Te aseguro que es algo increíble. Voy por la calle, y voy orando. Estoy en el metro, y voy orando. Estoy trabajando y estoy orando. En cualquier sitio oro a mi Dios. Y más aún, cuando las preocupaciones nos invaden. Y el solo hecho de estar cada dos por tres orando, me ayuda a estar más conectado con Dios, ha detectar más rápidamente las ocasiones de caer en pecado y tener más facilidad para evitarlo. Me ayuda a estar más cerca de Él, y eso es algo maravilloso. 

Desde aquí te reto a que hoy practiques la oración constante y sin pausa. Ya sea por los demás, por ti mismo, por las situaciones de tu alrededor o por lo que sea. Ora y ora, y verás cosas.

Dios 24 horas al día ¡úsalo!