viernes, 29 de junio de 2012

Retroceder o seguir adelante


Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, para ganar a Cristo.
 Filipenses 3:8

Sin duda Pablo estaba enamorado de Cristo absolutamente. Pero lo que más choca de esas palabras directas y tan llenas de significado es su "para ganar a Cristo", ¿Qué quiere decir eso? El mismísimo Cristo ya había hecho aparición en su vida claramente y además le transformó. Pero esto a Pablo le sabía a poco, quería más y más.
Sin duda Pablo es un buen ejemplo de como todo estaba centrado y direccionado hacia la persona de Jesús para glorificarle. Cómo el mismo dice todo lo demás es basura comparado con Cristo, incluyendo también aquellas las cosas buenas. La verdad es que no le falta razón, ¿Qué es comparable al mismo Dios o qué hace sombra al Creador de todo?

Pero me pregunto si es éticamente cristiano que Pablo tubiese como objetivo ganarse el corazón de Jesús. ¿Acaso no somos ya amados por Dios incondicionalmente? Y esto es para quien cree en Él y para quien no cree en Él. Entonces, ¿qué estaba queriendo mostrar Pablo? Detrás de sus palabras, se escondía un nuevo amor, una máxima representación de amor en una relación, algo así como cuando en tu niñez tienes un único y exclusivo vínculo con tu mejor amigo o cuando contraes matrimonio con tu esposo o con tu mujer. Esos ejemplos son de amor y afecto, pero poco o nada hay que lo supere. Pues ese enamorar de dos personas debe suceder entre Cristo y la iglesia. La esposa es el pueblo Santo que lo único que desea es complacer y agradar a su Señor, viviendo tan literalmente por él, apartándose de aquello con lo que no se identifica, que logre robarle el corazón a Cristo.

La realidad nos enseña que muchos deciden dar marcha atrás cuando estan a un paso de cruzar la frontera hacia Dios. Sabrás de mucha gente que tenía tantas espectativas que si las llevase a cabo iban a causar un verdadero impacto, pero de la noche a la mañana, su luz se apagó y se retiraron. Desprenderse por completo es lo que más cuesta. Desprenderse de aquellas pequeñas cosas que se han pegado a nuestra vida e incluso ni nos damos cuenta pero las necesitamos para vivir y forman parte de nosotros cuesta mucho. Pero eso demuestra que no estan dispuestos a pagar el precio de seguir a Jesús y lo más fácil es volver atrás.
Quizás pienses únicamente en gente que a abandonado su Fe y a tomado otras preferencias en su vida, pero la realidad es que dentro de las iglesias sigue habiendo una parte del Cuerpo que se comporta así. Aparentamos mucho, tenemos mucho entusiasmo y nos preocupamos de que los demás lo vean, a fin de no dejar a la luz esas pequeñas cosas (actitudes, vicios, necesidades...) que siendo tan pequeñas, mueven montañas e incluso nuestras vidas, a diferencia del mismo evangelio.

2 comentarios:

Abel dijo...

Amb el teu permis fare un cortar i pegar al boletin de la iglesia .

Pau López ⑪ dijo...

Un placer Abel!!

Salut!

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